El dolor de espalda afecta a mucha gente en todo el mundo, aunque puede aparecer en cualquier parte de la espalda, a menudo la zona más afectada es la región lumbar (espalda baja) , que es la responsable de sostener una gran parte del peso corporal.
A continuación, te compartimos las principales causas del dolor de espalda y consejos para prevenir esta dolencia.
Causas
Algunos de los trastornos frecuentemente relacionados con el dolor de espalda son:
Distensión muscular o de ligamentos: Levantar objetos pesados reiteradamente o hacer un mal movimiento repentino puede forzar los músculos de la espalda y los ligamentos de la columna vertebral. Si tu estado físico no es bueno, el esfuerzo constante de la espalda podría causarte espasmos musculares dolorosos.
Protuberancia o hernia de disco: Los discos funcionan como amortiguadores entre los huesos (vértebras) de la columna vertebral. El material blando que se encuentra dentro del disco puede tener una protuberancia o hernia y hacer presión sobre un nervio. Sin embargo, puedes tener una protuberancia o una hernia de disco sin sentir dolor de espalda. A menudo, la discopatía se descubre accidentalmente cuando, por algún otro motivo, te haces una radiografía de la columna vertebral.
Artritis: Puede afectar la zona lumbar. En algunos casos, la artritis de la columna vertebral puede reducir el espacio que rodea la médula espinal, un trastorno que se denomina «estenosis del conducto vertebral».
Irregularidades óseas: Se puede producir un dolor de espalda si la columna vertebral no se curva de manera normal. La escoliosis, un trastorno en el cual la columna vertebral se inclina hacia un lado, también puede causar dolor de espalda, pero por lo general solo lo causa si se trata de una escoliosis aguda.
Osteoporosis: Las vértebras de la columna vertebral pueden presentar fracturas por compresión si tus huesos se vuelven porosos y frágiles.
Prevención
Para mantener tu espalda saludable y fuerte sigue estos consejos:
Haz ejercicio: Las actividades aeróbicas regulares de bajo impacto, aquellas que no tensan ni fuerzan la espalda, pueden aumentar la resistencia y fortaleza de la espalda y permitir que los músculos funcionen mejor. Caminar y nadar son buenas opciones. Habla con el médico sobre las actividades que sean más adecuadas para ti.
Desarrolla fuerza y flexibilidad muscular: Los ejercicios musculares abdominales y de espalda (ejercicios de fortalecimiento de la zona media) ayudan a acondicionar estos músculos para que trabajen en conjunto como un corsé natural para la espalda. La flexibilidad en las caderas y parte superior de las piernas alinea el hueso pélvico y mejora la postura de la espalda. El médico o fisioterapeuta puede recomendarte ejercicios adecuados para ti.
Mantén un peso saludable: Tener sobrepeso tensiona los músculos de la espalda. Si tienes sobrepeso, adelgazar puede prevenir el dolor de espalda.
Utiliza una mecánica corporal adecuada:
Párate bien: Mantén una postura pélvica neutral. Si estás de pie durante períodos prolongados, coloca un pie en un reposapiés para aliviar la carga de la zona lumbar. Alterna los pies. Una buena postura puede ayudarte a reducir el estrés en los músculos de la espalda
Siéntate bien: Elige un asiento con un buen soporte lumbar, apoyabrazos y base giratoria. Considera colocar una almohada o una toalla enrollada en la parte baja de la espalda para mantener su curva normal. Mantén las rodillas y cadera alineadas. Cambia con frecuencia la postura, al menos cada media hora.
La mayoría de los dolores de espalda mejoran gradualmente con un tratamiento en el hogar y el cuidado personal, en general en el plazo de dos semanas. Si no es así, consulta con tu médico.
Fuentes: Mayo Clinic - Mejor con Salud
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